La inteligencia artificial (IA), es un concepto emergente en nuestra sociedad y que mucha gente aún no acaba de entender. Si quieres saber qué es la IA y por ende el aprendizaje automático, sigue leyendo.
La IA es un conjunto de algoritmos que tienen como finalidad igualar e intentar superar las capacidades humanas. Es decir, intentar reproducir la misma inteligencia que posee una persona a través de una máquina.
Con los años y los avances que ha ido adquiriendo la tecnología, los algoritmos permiten a las máquinas interactuar con el entorno, recogiendo los datos que llegan a esta, analizándolos, y emitiendo posteriormente una respuesta.
Aunque para muchos esto puede ser motivo de preocupación, pues temen a que estas puedan acabar sustituyéndoles, la inteligencia artificial quiere únicamente ayudar a mejorar en esos ámbitos donde quizás no son capaces de llegar por sí solas.
¿Y cómo lo hace?
Para conseguir ordenar todos estos datos y posteriormente generar respuestas, interactuando así con el entorno, la IA necesita tres componentes imprescindibles para conseguirlo.
- Sistemas computacionales
- Datos y gestión de los mismos
- Algoritmos de IA avanzados (código)
Tipos de inteligencia artificial
Dentro de la IA, hay dos tipos distintos de inteligencia artificial que destacan por encima del resto. Por un lado, encontramos el software y, por otro lado, la inteligencia artificial integrada. Para saber más sobre estas dos tipologías de IA, sigue leyendo.
Software
Su objetivo principal es automatizar una función con los algoritmos. A diferencia de la IA, estos necesitan de la supervisión humana para controlar que el proceso se haya llevado a cabo correctamente. Para especificar de forma más entendible que es un software, pondremos algunos ejemplos concretos con los que probablemente sea más fácil de entender. Los asistentes virtuales o los motores de búsqueda, son dos claros ejemplos de la ingeniería del software.
Inteligencia artificial integrada
Posee razonamiento cognitivo que le permite tomar, por sí sola, decisiones sin cometer errores. Esto es posible gracias a unas tareas preestablecidas de forma automatizada que son capaces de tomar decisiones por su propio criterio. Algunos ejemplos de IA integrada son los robots, los drones, entre otros.
Casos prácticos
Supongo que muchos de vosotros aún seguís un poco perdidos con esto de la inteligencia artificial, así que a continuación os explicaremos algunos casos reales que se han llevado a cabo gracias a la IA y que realmente han obtenido grandes resultados. ¿En qué ámbitos de la vida pueden ser de ayuda? Os estaréis preguntando. Aunque no lo parezca, pues es invisible a nuestros ojos, este sistema informático está presente en prácticamente todo lo que hacemos en nuestro día a día.
Desde las preguntas que hacemos a los chats de las páginas webs cuando no entendemos alguna cosa o cuando hablamos con Siri o Alexa para preguntarles qué día hace hoy, hasta asuntos de mayor importancia que velan por nuestra seguridad, como es el caso de la detección del fraude, pasan por la inteligencia artificial.
Los algoritmos que tienen estas máquinas también son aquellos que filtran los correos que entran en nuestra bandeja de entrada, o que limpian el suelo en caso de detectar suciedad, como es el caso de los robots de limpieza, o hasta en temas de salud, en el caso de las personas diabéticas, los algoritmos se encargan de monitorizar los sensores para avisar a través de dispositivos móviles a las personas que deben inyectarse más insulina.
Estas son solo algunas de las miles de funciones que hace la inteligencia artificial, que como se puede observar, no roban la tarea a los profesionales del sector, sino que simplemente los ayudan a mejorar llegando a extremos donde los humanos, por nuestras capacidades, nunca podremos alcanzar.
El aprendizaje automático, un imprescindible de la IA
A todo esto, aún no hemos hablado de qué es el aprendizaje automático y la importancia que tiene este actualmente. El aprendizaje automático es IA, pero la IA no es aprendizaje automático. Es decir, todo aprendizaje automático forma parte de la IA, pero hay ciertos tipos de IA que no poseen aprendizaje automático. Veamos.
El aprendizaje automático consiste en conseguir que las máquinas aprendan a interpretar los datos de manera autónoma, mientras que la IA por su lado, es simplemente el hecho de crear dispositivos como los humanos, independientemente de que estos necesiten revisión o no.
En otras palabras, la inteligencia artificial por si sola sería equivalente al software del que hablábamos antes, siendo la IA con aprendizaje automático equiparable a la inteligencia artificial integrada.
Y cómo no iba a ser menos, las empresas, que todo lo analizan, ya hace tiempo que se dieron cuenta de los beneficios que podía aportar la IA y el aprendizaje automático en sus negocios, por ese motivo, compañías como Microsoft, están apostando grandes cantidades de dinero sobre este ámbito.
Algunos de los sectores por los que ha apostado esta empresa han sido la moda, con el ChatGPT en el que se ha invertido más de 30.000M dólares, o el VALL-E, un imitador de voz capaz de reproducir con solo tres segundos un mismo tono externo a este.
En conclusión
Para ir terminando, y después de haber leído este artículo que puede parecer tan lejano y futurista, pero que a la vez es tan próximo a nosotros, debemos tener presente que esto es ya una realidad y que además es de gran ayuda para la mayoría de sectores y para el mundo donde vivimos y que los humanos nos hemos ido cargando poco a poco.
Los drones, que tienen inteligencia artificial integrada, son capaces de plantar millones de árboles para acabar con la desforestación o por ejemplo, mediante la construcción de edificios inteligentes se ha conseguido ahorrar en el consumo energético. Estos son solo dos ejemplos más de inteligencia artificial beneficiosa para nosotros y para nuestro planeta, pero hay mucha más.
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